Blanca Soto

Yo fui maestra en contra de la voluntad de mis padres, porque me encantaba. Me pasaba mirando a las maestras cuando era gurisa en la escuela. Nací en el departamento de Río Negro, en medio del campo, y estudié para maestra. Viví muchos años en Tacuarembó, donde tuve mi primera escuela y pasé a ser directora. Y después fue cuando tuvimos que venirnos, en el año sesenta, porque mis hijos iban a pasar a estudiar a la Universidad. Mi esposo fue un gran padre,

entonces me dijo: “Yo, si los muchachos se van a estudiar, me voy con ellos. Vendo el campo…”. Un familiar de él vivía en Melilla y le dijo vení y comprás granja. Y así fue que hice una permuta con otro director, que quería ir a Tacuarembó y justito yo quería venir acá a Montevideo.

En la escuela 155 estuve veinte años de directora. Una preciosa escuela para trabajar, que en noviembre del año pasado cumplió cien años. Es un pedazo mío. Ahora ya tiene dos turnos. A mi como no me gustaban los dos turnos cuando la escuela fue creciendo empecé a hacer aulas. Y cuando me jubilé seguíamos haciendo aulas.

Y también teníamos una pista de atletismo, que se inauguró en 1974 y no le costó al Estado un peso. La hicieron los padres. Después se abandonó y ahora es una cancha de fútbol nomás. Eso fue una gran desilusión. Teníamos tres profesores de educación física y los sábados hacíamos competencias con las otras escuelas.

La granja no está pasando un buen momento. Mis nietos me dicen vendé abuela y andate, pero a mi me gusta acá. ¡Además tengo esperanzas de que esto cambié un día! Y yo pienso que esto un día va a cambiar. El otro día hice una recorrida y vi una cantidad de quintas nuevas. Quintas viejas que la gente vendió y los que compraron hicieron quintas nuevas. Porque hubo unos años que la gente vendía

y la tierra quedaba tapada de yuyos. Está pasando algo también, que le va a cambiar la cara a Melilla, y es que mucha gente del centro está comprando y viene los fines de semana. Hay un matrimonio que son abogados, que ya viven acá. Van todos los días al centro. Porque acá se vive bastante bien, es tranquilo. Es una pena porque esa gente no va a trabajar nunca la tierra, pero son las cosas que se dan.

Camino Seré 2599. 20 de febrero de 2009.